10 de octubre de 2024
Yolanda Espinosa Parrilla, investigadora y docente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes ha dedicado su carrera a la biomedicina y la genética, con un enfoque particular en el cáncer gástrico durante los últimos años. Originaria de Barcelona, España, llegó a Chile hace diez años, donde ha promovido la investigación en biomedicina en una región de nuestro país en la cual este campo era nulo, y ahora escaso. Su colaboración con el Biobanco de la Universidad de Chile ha sido fundamental para establecer estándares en la recolección y manejo de muestras, contribuyendo significativamente a la comprensión del cáncer en el extremo sur del país.
Para empezar, Yolanda, ¿podría contarnos un poco sobre usted y qué la motivó a especializarse en cáncer?
Soy originaria de Barcelona, España, y tengo una larga trayectoria en el área de la biomedicina y la genética. Al llegar a Chile hace diez años, decidí centrarme en la investigación sobre cáncer, especialmente el cáncer gástrico, que es un problema significativo en el sur de Chile. La falta de investigaciones en biomedicina en Magallanes me motivó a establecer esta línea de trabajo, que considero crucial para la comunidad.
¿Cómo surgió tu colaboración con el Biobanco?
En 2020, durante la pandemia, nuestro equipo se encontró en una situación difícil. No podíamos acceder a muestras de pacientes con cáncer, ya que todo se centró en la COVID-19. Entonces, a partir de la propuesta de Ricardo Verdugo, nos unimos un grupo de investigadores de norte a sur del país, desde Arica a Punta Arenas, y consensuamos aliarnos junto ,con el Biobanco de la Universidad de Chile para estudiar la base genética subyacente a las manifestaciones clínicas de la COVID-19. Esta alianza sería la mejor manera de recolectar y manejar muestras y datos. Esa decisión fue consensuada entre todos los investigadores, y Alicia Colombo, directora científica del Biobanco, se convirtió en parte fundamental de nuestro proyecto.
¿Qué beneficios has observado al colaborar con el Biobanco?
Primero, a nivel del proyecto, trabajar con Biobanco ha permitido un manejo ordenado y armonizado de muestras y datos, lo que será útil para su uso por parte de la comunidad científica en el futuro. Además, particularmente me ha permitido establecer estándares modernos para la recolección de muestras en mis propios proyectos. Aunque todavía no tenemos un biobanco formal en Magallanes, estamos avanzando en esa dirección y contribuyendo al diseño de colecciones biológicas con estándares de biobanco, tanto en el ámbito de la salud como en estudios de biodiversidad.
Considerando esto, ¿cuál es la relevancia de fomentar estas colaboraciones multidisciplinarias?
La colaboración multidisciplinaria es fundamental. Permite que la investigación no se limite al objetivo original de las investigaciones, sino que se amplíe a otros nuevos. Al compartir muestras y datos, podemos abrir la puerta a nuevas investigaciones y descubrimientos. La pandemia ha demostrado la importancia de los biobancos al facilitar el acceso a datos y muestras que han sido cruciales para el desarrollo de tratamientos y vacunas.
¿Cuáles son sus proyecciones para el futuro con respecto a esta colaboración?
Espero continuar trabajando con el Biobanco de la Universidad de Chile. Ya hemos solicitado servicios de muestras y datos para nuestros proyectos y planeamos seguir desarrollando nuestras colecciones en forma colaborativa. También estamos trabajando para establecer un Biobanco en la Universidad de Magallanes, lo que permitirá a otros investigadores beneficiarse de nuestros conocimientos, así como de la biodiversidad existente en la región.
Por último, ¿hay algo de esta red que le gustaría destacar?
Creo que es importante resaltar cómo la pandemia ha subrayado la necesidad de trabajar de esta manera, un trabajo de tipo colaborativo internacional que genere datos de libre acceso, utilizando los estándares que nos ofrecen los biobancos. A veces, estos aspectos pueden parecer menos interesantes, pero son fundamentales para la investigación eficaz. La pandemia nos ha enseñado que compartir y colaborar es esencial para abordar crisis sanitarias como la vivida con la COVID-19 y desarrollar tratamientos eficaces de manera rápida y efectiva.
Escrita por Amanda Muñoz
El proyecto tiene una inversión de 4.330 millones de pesos, financiados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, más aportes del Gobierno Regional y las familias beneficiadas. Está ubicado en el sector norponiente de la ciudad.
El proyecto tiene una inversión de 4.330 millones de pesos, financiados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, más aportes del Gobierno Regional y las familias beneficiadas. Está ubicado en el sector norponiente de la ciudad.