9 de diciembre de 2024
El trabajo de desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en Chile probablemente seguirá centrado en el financiamiento y la búsqueda de compradores en 2025, mientras continúan los avances en otros frentes en paralelo, entre ellos los estudios, la normativa y la infraestructura compartida.
Con recursos de energía renovable de clase mundial, vitales para reducir los costos unitarios, Chile tiene una cartera de proyectos de escala comercial en maduración, con iniciativas de exportación de varios gigavatios y plantas de megavatios orientadas, al menos en principio, a atender a usuarios locales que buscan descarbonizarse. Ya hay proyectos piloto en funcionamiento.
A nivel global, la tecnología ya está lista y los problemas de ingeniería se pueden resolver. Hoy, el financiamiento, el consumo y los costos son obstáculos más decisivos. Entre ellos está el desafío de cambiar la mentalidad de algunos financistas tradicionales acostumbrados a obtener rentabilidades relativamente rápidas en el sector de hidrocarburos, dijo a BNamericas una firma industrial en el marco de la conferencia World Hydrogen Latin America, que se realiza esta semana en Santiago.
Para Chile y el resto de América Latina, que no tienen mucha capacidad de entregar subsidios como otros países, algunos consideran que la innovación financiera es vital para respaldar la viabilidad y competitividad de estos proyectos e independizarse de los combustibles fósiles tradicionales. Para mejorar la disponibilidad de recursos, la agencia estatal de desarrollo Corfo creó un mecanismo de financiamiento de US$1.000 millones, mientras que GIZ, la agencia alemana de cooperación para el desarrollo, trabaja para introducir contratos por diferencia.
Sin embargo, algunas empresas en Chile están empezando a mover piezas en el rompecabezas del financiamiento mientras intentan sortear otros obstáculos, como la búsqueda de compradores y la logística, dijo un proveedor a BNamericas.
“La discusión debe cambiar”, señaló el ministro de Energía, Diego Pardow, durante la jornada inaugural del evento, aludiendo al paso de la creación de una cartera de proyectos a las decisiones de desarrollo concretas.
PERSPECTIVAS ALENTADORAS
En este contexto, en el escenario mundial, las perspectivas para el hidrógeno limpio parecen recuperarse después de una serie de anuncios de cancelación de proyectos por razones de precios, situación que alimentó el pesimismo y las dudas sobre el apoyo del sector.
Mencionando una cartera global de proyectos en maduración y marcos de políticas afianzados, Brian Murphy, analista senior de hidrógeno en la firma de inteligencia de mercado S&P Global, señaló en la conferencia: “Creemos que 2025 podría ser el año en que veamos un crecimiento real en todo el mundo”.
Agregó: “Vemos más [proyectos] avanzando que muriendo”.
Según un escenario base planteado por S&P Global, Chile podría exportar 500.000t/a en 2030, por detrás de mercados como Australia e India. Para entonces se estima que las exportaciones de hidrógeno limpio a nivel global rondarán los 5,4 millones de toneladas anuales (Mt/a). Para 2050, los envíos de Chile al exterior alcanzarían 3,6Mt/a, con un mercado mundial de 47Mt/a liderado por Estados Unidos, Australia e India.
Para 2050, el hidrógeno con bajas emisiones representaría casi el 75% de la capacidad de producción de 260Mt/a prevista para entonces.
A nivel mundial, “hay ‘avanzados’ 50GW de capacidad de electrólisis, que sientan la base para un rápido crecimiento hasta 2030 (y más allá)”, según una presentación de S&P Global. Alrededor de 10GW de capacidad de electrólisis están en etapa de construcción, 105% más que a fines de 2023, en su mayor parte en China.
En términos de capacidad de electrolizadores con decisión final de inversión, esta aumentará 500% respecto de 2023 hasta unos 3GW.
En la situación internacional actual, los subsidios estatales y otros mecanismos de apoyo podrían darle un “empujón” a los proyectos iniciales, factor que se toma en cuenta en las proyecciones de S&P. En cuanto a créditos fiscales, Estados Unidos ofrece el mayor estímulo, con hasta US$3/kg de hidrógeno, aunque el presidente electo Donald Trump revisará probablemente la normativa asociada y retrasará su entrada en vigor, indicó Murphy.
CHILE
En este contexto, los actores chilenos —tanto locales como internacionales— siguen desarrollando sus iniciativas. Algunos apuntan al mercado de exportación, otros al mercado interno, otros a ambos, pero todos se ven atraídos por los extraordinarios recursos eólicos y solares del país, vitales para sustentar la arista económica de sus proyectos.
Los más avanzados en Chile se encuentran en fase de factibilidad e ingeniería, después de la cual se debe tomar la decisión final de inversión. Los desembolsos están aumentando por derechos sobre terrenos y permisos, señalaron panelistas durante la conferencia.
En uno de los dos polos chilenos de hidrógeno, la norteña Región de Antofagasta, unos 10 emprendimientos necesitarán destinar dinero a pagos por concesión de terrenos fiscales y estudios ambientales el próximo año. Aquellos que no cuenten con la financiación necesaria para desarrollarse podrían abandonar la carrera.
Johan Dreyer, presidente de la asociación regional de hidrógeno Antofagasta H2, destacó el potencial de Chile.
“El ecosistema chileno del hidrógeno es muy resiliente y se basa en fundamentos puramente competitivos”, dijo Dreyer a BNamericas. “Los proyectos tienen aquí el menor costo de producción y operación, por lo que no dependen de subsidios para ajustar su rentabilidad”.
En alusión al sistema de permisos del país, calificado a menudo de obstáculo para el desarrollo y hoy objeto de dos propuestas de ley de reforma, añadió: “Por supuesto, podemos mejorar la eficiencia de la burocracia y los permisos, pero diría que todavía vemos un ecosistema de proyectos saludable, con gran apetito de actores internacionales por invertir”.
Antofagasta alberga 18 iniciativas, en su mayoría orientadas a la producción de amoníaco verde, con plantas que se construirían en terrenos fiscales.
Otro importante polo de desarrollo en Chile es la Región de Magallanes, en el extremo sur, donde se encuentran iniciativas a escala de gigavatios para producir amoníaco y combustibles sintéticos.
Como panelista del evento, Víctor Turpaud, CEO para Chile de HIF Global, empresa pionera en combustibles sintéticos, reafirmó el compromiso de la compañía con el país. “Vamos a seguir en Chile y confiamos en que la industria se desarrollará aquí”, aeguró.
Con una planta a pequeña escala en operación denominada Haru Oni y una más grande en licenciamiento, denominada Cabo Negro, HIF está evaluando la posibilidad de comenzar a vender e-combustibles para mezcla con gasolina estándar, dijo Turpaud a BNamericas. HIF tiene un acuerdo para elaborar combustibles sustentables con la petrolera estatal Enap. Chile importa casi todos los hidrocarburos que consume.
Con la mira en alcanzar neutralidad en carbono en 2050, el país ha anunciado públicamente alrededor de 70 proyectos de hidrógeno verde, varios de ellos en fase de revisión ambiental. Una planta de hidrógeno verde de 10MW propuesta por Acciona y GNL Quintero, Bahía Quintero, recibió hace poco luz verde ambiental para desarrollarse en la Región de Valparaíso.
Enap y sus socios del sector privado están trabajando en planes para utilizar y adaptar infraestructura de hidrocarburos de la estatal en Magallanes, aislado y árido territorio azotado por el viento con un tamaño similar al de Grecia, sin considerar el territorio reclamado por Chile en parte de la Antártida.
En materia regulatoria, en 2025 debería continuar la ejecución de un plan de acción del país, cuyos detalles terminaron de definirse este año.
Fuente: www.bnamericas.com
Un 80% está de acuerdo con que exista un umbral mínimo de pago mensual y un 66% cree que todos son responsables del plan de pago que quedó establecido para que las isapres paguen la deuda con sus afiliados, incluyendo al gobierno, el Congreso, la superintendencia y las mismas isapres.
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