21 de enero de 2025
Un equipo científico español, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), inició una expedición en la Antártica para buscar fugas de metano, un gas de efecto invernadero que estaría puede influir en la aceleración del cambio climático.
De acuerdo con un comunicado de IGME-CSIC, estas fugas explicarían como están respondiendo al derretimiento de los hielos los depósitos de metano sólido que se encuentran en los glaciares.
El proyecto se llama ICEFLAME y consta de una tripulación de 26 personas a bordo del buque Sarmiento de Gamboa. Embarcaron el pasado 12 de enero y permanecerán en el océano hasta el 8 de febrero.
Desde allí, recogerán datos del fondo oceánico a través de sondas sísmicas y muestras de sedimentos, de profundidades entre los 500 hasta los 4.000 metros, en busca de identificar posibles fugas de metano.
¿Por qué buscan gas metano en la Antártica?
El metano es un gas de efecto invernadero que puede producir entre 20 a 40 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2), razón por la que a los científicos les preocupa su posible liberación.
Los expertos calculan que hace unos 20.000 años, en lo que fue el último periodo glaciar, el metano se acumuló por última vez masivamente en el fondo marino como hidratos de metano, es decir, metano helado, formando depósitos.
Las potencias internacionales descubrieron estos depósitos en 1990, cuando exploraron la Antártica buscando yacimientos de hidrocarburos, pero no fueron estudiados con detalles.
Lo que está ocurriendo ahora es que la pérdida de hielo en la Antártica y el calentamiento de los océanos, provoca un levantamiento del suelo, lo que estaría facilitando las fugas de gas. Esto no solo significaría riesgos geológicos para la estabilidad del fondo marino, también afectaría al clima global.
Las fugas de metano podrían causar también explosiones y deslizamientos del fondo que desencadenarían en tsunamis, advierten los expertos, por lo que es clave conocer el estado de estos depósitos.
“Sabemos de los problemas que los hidratos de metano generan en el Ártico, pero nadie los ha investigado en la Antártica como queremos hacerlo ahora“, señalaron Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC) ambos geólogos e investigadores principales del proyecto ICEFLAME.
Solo en la Península Antártica, explican, se estima que hay unas 24 gigatoneladas de carbono acumuladas en los hidratos de metano, equivalentes a dos años de emisiones de CO2 de origen humano en todo el planeta.
“Y se desconoce su estado, no sabemos si el metano helado, sólido, se está transformando en gas metano. Esto es lo que queremos averiguar en esta campaña antártica”, concluyen.
Fuente: biobiochile.cl
El metano es un gas de efecto invernadero que puede producir entre 20 a 40 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2), razón por la que a los científicos les preocupa su posible liberación.
El metano es un gas de efecto invernadero que puede producir entre 20 a 40 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2), razón por la que a los científicos les preocupa su posible liberación.