9 de diciembre de 2024
Por María Victoria Agouborde
De madera, de colores chillones, de pequeñas ventanas, de tejuelas de alerce o de zinc, por el viento incesante y la nieve. Muchas de las casas que visten las ciudades de la zona austral de Chile como Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir delatan a los carpinteros que las construyeron y que migraron a mediados del siglo XIX desde Chiloé, un archipiélago compuesto por unas 40 islas en el sur del país, hacia la región de Magallanes. El documental ‘Ensamble Patagonia’, estrenado este año y que compite en la sexta versión del Arquitectura Film Festival Santiago, rescata a través del relato oral de sus descendientes el papel silencioso de estos hombres en la soberanía chilena de ese agreste lugar entre 1850 y 1950.
Tras la anexión del estrecho de Magallanes por parte del Estado de Chile en 1843 se incentivó la llegada de carpinteros de Chiloé para la urbanización de los primeros asentamientos. La arquitecta y directora del documental, Valentina Cárdenas (34 años, Punta Arenas), señala que “a través de distintas políticas de la gobernación de ese momento se mandaron a pedir muchos chilotes porque se sabía que ellos tenían un conocimiento profundo de la madera”, relata sentada en una banca en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, en el centro de la capital.
Dos bisabuelos de Valentina Cárdenas fueron carpinteros provenientes de Chiloé que se instalaron en Punta Arenas, la capital regional de Magallanes. Señala que el papel que jugaron no tiene un espacio en los libros: “Es una historia que había estado muy enterrada. Siempre se habla del colono croata o del inglés, pero ¿qué pasa con los chilotes, que son la población mayoritaria y que levantaron barrios enteros?”, comenta la directora del documental que será proyectado este viernes 6 de diciembre a las 15.00 horas en la Cineteca Nacional de Santiago.
“En Chile los colonos se asocian a alguien que es extranjero, pero el colono también es un chileno que va a otro pueblo a colonizar. En la historia no se ha puesto al chilote como un colono, sino como la persona que vino a trabajar como mano de obra y siempre se redujo a ese puesto por una visión discriminatoria porque la historia en Latinoamérica tiene un sesgo europeo”, explica la arquitecta quien desde 2021 comenzó a trabajar mano a mano en la investigación del documental junto a la antropóloga y quien fue su productora, Silvana Arteche.
La directora comenta que esa omisión del aporte de los chilotes a la región de Magallanes proviene de una visión peyorativa que los ingleses y croatas tenían de ellos. “Por vergüenza muchos omitían que venían de Chiloé por la discriminación por temas racistas a causa del mestizaje”. Cárdenas apunta a que la discriminación no solamente era física, sino que también intelectual: “No podían ser considerados como autores de arquitectura”, asegura.
A lo largo del filme, que tuvo como realizador a Nicolás Fernández de Matoco Films, abundan las fotografías antiguas de carpinteros chilotes en las obras de construcción y también se muestra cómo las casas que levantaron en el siglo XIX y XX se han conservado a lo largo del tiempo. Valentina Cárdenas enfatiza en el “ingenio chilote” como una característica de estos hombres que les permitió adecuar su arquitectura a la ruda región de Magallanes, caracterizada por sus vientos fríos y nieve persistente. “Es un concepto que se estudia antropológicamente y que se entiende como la habilidad de poder hacer mucho con poco. Es la resiliencia de estas personas y la capacidad de adaptación por su vida históricamente sacrificada”.
“La casa que está en Chiloé no es la copia calcada de la que encuentras en Magallanes, sino que es una reinterpretación de los mismos chilotes adecuándose al nuevo territorio y a los nuevos materiales. Las distintas dinámicas del viento y de la nieve te hacen cambiar el ángulo del techo, la resistencia de las estructuras y la madera ya no la puedes dejar a la vista porque el viento la degrada rápidamente, entonces se tiene que recubrir con zinc. Esa adaptación configura la arquitectura chilota patagónica”, comenta Valentina Cárdenas.
La motivación de Valentina Cárdenas para abordar esta historia fue que en Magallanes “hay muchos tesoritos que no se han contado”. El problema, señala, es que esas voces que resguardan estos relatos del extremo sur se están apagando: “La gente se está muriendo. Si tú no rescatas sus historias, se pierden”.
Fuente: elpais.com
Un 80% está de acuerdo con que exista un umbral mínimo de pago mensual y un 66% cree que todos son responsables del plan de pago que quedó establecido para que las isapres paguen la deuda con sus afiliados, incluyendo al gobierno, el Congreso, la superintendencia y las mismas isapres.
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