6 de abril de 2009
Cerro Guido está ubicado a 47 kilómetros de Cerro Castillo y colinda con el Parque Nacional Torres del Paine. La maravilla de este lugar es que no es un montaje para la foto, si no que es una verdadera estancia que se mantiene en funcionamiento como unidad productiva regional y como recinto turístico, ya que sus instalaciones se recuperaron y restauraron tal cual como fueron creadas por la Explotadora Tierra del Fuego. Las primeras construcciones son de 1906 y las últimas son de 1930.
Así nos lo cuenta Arturo Kroeger, el administrador ganadero del lugar. Lo que me pidieron los socios cuando se formó Cerro Guido y esa fue la misión mía mantener la estancia como fue la ex ganadera Tierra del Fuego, mantener los cascos, la forma de las
casas y, por qué no decirlo, mantener la forma de vivir. También la administración
Y así ha sido. La Estancia está compuesta por la Villa del mismo nombre, un lugar mágico, que no pertenece a este milenio. Cuando uno lo recorre es como si el tiempo se hubiera congelado, en la casa de solteros, la cocina de los trabajadores a cargo de la señora Rosa, la brigada de incendios, la estación de diesel, el galpón de esquila y todo el entorno del lugar. Todo está como en el pasado, pero con un desarrollo de modernidad que es un ejemplo de conciencia social y que explica uno de los dueños de la estancia, el empresario Nicolás Simúnovic.
Desde que nosotros llegamos aquí en el año 97, empezamos a incorporar y comprar varios predios. Y nos preocupamos de recuperar las redes de agua, de recuperar las redes de energía y nos preocupamos también de reabrir el colegio que tenía la ganadera Tierra del Fuego en esa época. Hoy día tenemos el colegio que cuenta con 7 alumnos que son hijos de trabajadores de acá, y además de eso este año se ha abierto un jardín infantil que tiene 10 niños. Agrega que tienen un sistema de teléfono y 3 micros a la semana para ir a Puerto Natales, lo que le está dando a la gente una calidad de vida de muy buen nivel y yo creo que eso es muy importante porque de esa manera estamos arraigando a la gente y estamos buscando que tengan buenas condiciones de vida,dice.
Estas condiciones están proyectadas a futuro, basta con comprobar que en la escuela, que llega hasta octavo básico, trabaja una profesora de inglés para que estos niños se incorporen algún día a la unidad turística.
En la Villa viven alrededor de 50 personas, que son trabajadores de esta estancia. Porque, como se encargan de recalcar, esta es una estancia de verdad. La componen cien mil hectáreas, incluidas las secciones Entre Lagos y Las Chinas, donde también se recuperó la infraestructura como era en la época. En ellas hay 14 puestos con un ovejero a cargo de cada uno, quienes son los encargados de cuidar los campos y los piños.
Simúnovic explica por qué todo este trabajo, real en las estancias de la Patagonia, ha sido abierto al turismo. Cuando llegó el momento de recuperar estas instalaciones, que estaban en muy mal estado, fue el momento de también decir vamos a recuperar las casas, vamos a mostrar cómo se vivía en esa época y vamos a mostrar una estancia en funcionamiento. Explica que hay una dotación importante de ganado, son 40 mil ovejas y 1.500 vacunos, donde el turista puede ver el funcionamiento de la cocina de trabajadores, puede ver una esquila, pero no una esquila donde se le muestra una oveja esquilando, se le muestra un día de esquila donde hay mil o dos mil ovejas pasando por el galpón. Esas situaciones hay pocas partes donde las pueden ver.
Las instalaciones turísticas de la Estancia están conformadas por lugares reales que fueron restauradas, como las 15 habitaciones que se habilitaron en la casa patronal y en la casa de huéspedes, que se decoraron rescatando el diseño de la época. Y también por lugares que se construyeron especialmente para atender a los turistas, como el comedor y el quincho, pero conservando el diseño de toda la estancia.
En este sentido, la idea es que todo sea real. Y uno de los mayores desafíos lo tiene la cocina, donde el chef Maximiliano Honorato debe conservar y transmitir los sabores de la Patagonia. La idea es volver a los orígenes y fusionarlos un poco con la modernidad, pero siempre teniendo en cuenta de que estamos en una estancia y que tenemos que cocinar con las cosas de acá, explica, agregando que para ello se cocina con lo que se obtiene por compras en la ciudad y las dificultades se suplen con la autosuficiencia que les da la huerta y la misma granja que los abastece de carne.
El turista puede disfrutar de vivir unos días en una estancia real, conociendo el trabajo que se realiza, y también disfrutando de las cabalgatas que se ofrecen para recorrer el entorno y las bastas extensiones de nuestra Patagonia. Y si quiere algún recuerdo, las mujeres de la Villa colaboran con sus artesanías, hechas por manos de Cerro Guido.
El individuo fue interceptado por Carabineros y seguridad municipal tras ser captado portando un cuchillo en la vía pública.
El individuo fue interceptado por Carabineros y seguridad municipal tras ser captado portando un cuchillo en la vía pública.