25 de octubre de 2008
Opusgay, el primer periódico Gay de Chile, publica un extenso reportaje sobre una discoteca gay, lésbica y transexual que funciona en nuestra ciudad.
Publicamos in extenso el señalado reportaje:
Recientemente el movimiento chileno de la diversidad sexual visitó por primera vez en su historia Punta Arenas, ubicada en el extremo sur del mundo. Ahí el Movilh se encontró con muchas sorpresas. Una de ellas, fue Aruba, una discoteca que con escasa difusión es el único espacio de encuentro para minorías sexuales de la ciudad.
Las olas del Estrecho de Magallanes literalmente golpean la parte trasera de la discoteca Aruba, a un punto que si no hay música el ruido del mar bien puede apoderarse del lugar.
Ubicada a unos 10 minutos en automóvil desde el centro de Punta Arenas, Aruba se levanta con orgullo en el kilómetro 4 y medio de Río de los Ciervos, marcando un hito de apertura y libertad en el extremo sur del mundo.
La única discoteca para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) de la Región de Magallanes y la Antártica tiene muchas particularidades que la vuelven especialmente distinta a locales similares de Santiago y otras regiones, razón más que suficiente para que en su primera visita al extremo sur del mundo, el movimiento de minorías sexuales asistiera al lugar.
UNA NOCHE EN ARUBA
La discoteca es una amplia casa de madera pintada con colores pasteles y adornada con telas blancas que en el frontis luce con orgullo su nombre. Tiene por propietarios a un joven matrimonio que antes trabajaba en discotecas para heterosexuales.
Hoy, con su nuevo negocio, el matrimonio se siente más que satisfecho, pues asegura que el público LGTB «es muy respetuoso. Acá con los chicos y chicas se da una relación sana y muy personal. Se puede hablar de diversos temas, lo que no ocurre en otras discotecas».
Los propietarios están consciente que Aruba es el único espacio de diversión para las minorías sexuales existente en miles de kilómetros. Y es que Punta Arenas está a tres mil 90 kilómetros de Santiago, mientras que los otros espacios de diversión LGTB más australes del país se ubican en Puerto Montt, a sólo unos mil 16 kilómetros de la Región Metropolitana.
Por lógica el público mayoritario de Aruba es la población LGTB puntarenense, aunque en épocas de verano suelen llegar muchos turistas que andan de paso conociendo las bondades que la naturaleza del sur de Chile entrega a ojos que nunca terminan de asombrarse.
El frío de la zona y la ubicación lejana del centro de Punta Arenas, obstaculiza que la discoteca se replete cada fin de semana, pudiendo llegar periódicamente sólo quienes tienen automóvil y/o dinero para la entrada (dos mil 500 pesos) y el taxi de traslado, que ida y vuelta sale unos seis mil pesos.
«Los fines de mes, cuando hay más dinero, se llena en todo caso.», asegura uno de los asistentes, tras precisar que el local tiene capacidad para unas 200 personas.
Fue pensando en estas dificultades, que en períodos de mayor turismo Aruba contrata un bus que traslada al público desde una céntrica calle de Punta Arenas, hasta la discoteca.
MARIA FERNANDA, LA DIVA DE ARUBA
La música de Aruba privilegia el pop español e inglés de los años 90, con algunos asomos a ritmos más actuales. La reina del lugar es María Fernanda, un transformista que se ha paseado hasta con un vestido de la bandera chilena en la disco.
Doblando a artistas pop, tal y cual ocurre en Santiago, María Fernanda recuerda que la primera vez en vestirse de mujer fue por » broma, para probar». Al ver la buena recepción del público, siguió trabajando en Aruba y ha llegado con su propuesta a otras discotecas y bares para heterosexuales.
Pese a ello, María Fernanda jamás ha participado de un espectáculo por los derechos de las minorías sexuales en la vía pública, pues una iniciativa como esa aún no se realiza.
«Creo que pasara mucho tiempo para eso, porque aquí hay mucha discriminación y la gente tiene miedo a ser descubierta», dice el transformista que durante el día se desempeña como peluquero.
Al transformismo, Aruba añade un breve show de un gogo-dancer amateur que entre volteretas y volteretas le da más vida al lugar. Un espacio humilde, sin lujos, ni grandes efectos especiales, pero que con alegría y respeto ha sabido ganarse un lugar Punta Arenas.
De hecho, para paliar el frío a un costado del pequeño bar se encienden los cuatro platos de una cocina a gas, calor suficiente para entregar comodidad a los asistentes que poco y nada reparan en este tipo de calefacción, dando rienda suelta a la diversión que se concentra en la pista de baile o en un salón para charlar, las únicas divisiones con que cuenta Aruba.
Una de las características de la discoteca más mencionadas por sus propietarios y asistentes, es las garantía de reserva para sus clientes. Tanto así que se privilegia la entrada para quienes han hecho previo contacto vía internet. Caso contrario, puede ser muy difícil, sino imposible, ingresar.
«Nuestra idea es que el público se sienta seguro y de que nadie vaya a ser chantajeado por ser homosexual», puntualizan los propietarios.
LA LLEGADA DEL MOVIMIENTO LGBT
Con una población que bordea los 130 mil 200 habitantes, en Punta Arenas, y en general en toda la región de Magallanes, el debate sobre los derechos de las minorías sexuales ha sido prácticamente invisible.
Las excepciones se originaron en mayo de este año cuando un trabajador del Hotel Finis Térrae denunció, con el respaldo del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), que había sido despedido en razón de su orientación sexual, o cuando en Puerto Natales se provocó el escándalo en torno a la detención del actor gay belga-colombiano Didier Van der Hove, a quien se aplicó la ley de la sodomía por tener relaciones sexuales consentidas con su pareja de 17 años.
A ello se suma la existencia de un postulante a concejal por RN, cuya orientación sexual homosexual es conocida en la zona, además de ser propietario de un hostal que tímidamente tiene en su vitrina un pequeño adhesivo de la bandera del arco iris. Sin embargo, su trabajo político no se ha centrado en el combate a la discriminación LGTB.
La situación cambió radicalmente el pasado fin de la semana cuando el Movilh llegó por primera vez a la zona y comprometió a candidatos y candidatas municipales de todos los partidos en contra de la homofobia, la transfobia y todo tipo de discriminaciones.
El debate fue mayúsculo pues acaparó portadas de los principales diarios, así como entrevistas en vivo en las más escuchados y vistos programas de televisión y radio.
«Fue una experiencia increíble, única que llevó por primera vez al movimiento LGBT al extremo sur del mundo. Generamos alianzas con organizaciones locales y esperamos que en el futuro ello se traduzca en más y mejores noticias para los sectores discriminados o vulnerables de Punta Arenas», sostiene el activista del Movilh, Juan Hernández.
Uno de los aspectos más destacados por Movilh es la «amabilidad de los puntarenenses, así como su disposición a dialogar sobre temas nuevos, lo que explicita la existencia de una gran base favorable para la generación de políticas contra la discriminación».
El tiempoque falta «para que ello suceda dependerá de la capacidad de organización que la población LGTB u otros sectores puntarenenses alcancen para la defensa de sus propios derechos, y al respecto, desde ya encantados somos colaboradores», puntualizó.
El individuo fue interceptado por Carabineros y seguridad municipal tras ser captado portando un cuchillo en la vía pública.
El individuo fue interceptado por Carabineros y seguridad municipal tras ser captado portando un cuchillo en la vía pública.