8 de marzo de 2025
En el borde extremo sur de Chile, en Puerto Natales, donde los vientos de la Patagonia susurran historias de resistencia, la agricultura tiene un rostro fuerte, decidido y, sobre todo, femenino. Bajo la imponente sombra de la Torres del Paine, tres ingenieras del área agropecuaria tomaron las riendas del desarrollo rural, liderando con pasión la única agencia de INDAP en el país compuesta exclusivamente por mujeres, dentro de un total de más de 132 agencias a nivel nacional. Sin embargo, no son sólo ellas. En esta tierra extrema, donde cada jornada se mide en esfuerzo y fortaleza, las mujeres asumieron un papel esencial en el progreso: Más del 60% de quienes cultivan el campo en la provincia de Última Esperanza, región de Magallanes, son mujeres, dejando una huella indeleble en la tierra y la gestión territorial.
Carla Gallardo, Vanessa Legnazzi y Clarina Helmer convirtieron la Agencia de Área de Natales en un referente de eficiencia y cercanía. En un rubro tradicionalmente dominado por hombres, estas tres mujeres demuestran cada día que el liderazgo femenino no solo es posible, sino necesario. "Con un presupuesto anual de 395 millones 121 mil 323 pesos, que representa el 35,36% del presupuesto regional de INDAP, han gestionado recursos clave para modernizar la agricultura local, apoyar el riego y fortalecer las praderas suplementarias", explica Felipe Martínez, jefe de Fomento de INDAP Magallanes. "Además, han sido fundamentales en iniciativas como la gira técnica a Chiloé, financiada por la FIA, y en el apoyo a las cooperativas de la provincia", añadió.
Una historia que ellas mismas cuentan con humildad. "Para mí, trabajar en la agencia de Área de Natales ha sido una gran oportunidad, me ha permitido crecer laboralmente durante casi siete años", comparte Carla Gallardo, ejecutiva. "Lo que más me gusta de este trabajo es el contacto directo con los agricultores y sus familias. Salir a terreno, conversar con ellos, apoyarlos en lo que se pueda y, muchas veces, aprender de ellos, es lo más gratificante".
Vanessa Legnazzi, también ejecutiva, coincide. Para ella, este trabajo ha sido una experiencia tan enriquecedora a nivel personal como profesional. "Al ser una oficina pequeña, las tres hemos afianzado lazos en todos los sentidos. Nuestro ambiente laboral es tranquilo, la comunicación fluye, y compartimos el mismo compromiso con el desarrollo de la agricultura familiar campesina en Natales". Entre risas, recuerda algunas anécdotas divertidas: "Cada salida a terreno es una caída segura. Y lo de la voz en el teléfono... a veces nos confunden, pero ya nos hemos acostumbrado".
El trabajo en equipo es clave para ellas. "Las tres hacemos de todo", dice Carla con una sonrisa. "Nos complementamos bien, nos apoyamos, y siempre intentamos hacer lo mejor para los agricultores". Clarina Helmer, jefa del área, refuerza la idea de que el trabajo no está marcado por jerarquías. "No me gusta trabajar como jefa", asegura. "Nos organizamos fácilmente, sin jerarquías marcadas. La clave es el trabajo respetuoso, horizontal y en equipo, siempre confiando en la otra y sus capacidades".
A pesar de la naturalidad con que abordan su labor, ser un equipo compuesto solo por mujeres a veces genera curiosidad. "Siempre se escuchan comentarios, pero en buena", reconoce Carla. "Nos enfocamos en lo que hay que hacer y listo". Y cuando las tareas requieren esfuerzo físico, siempre encuentran la forma. "A veces tenemos que cargar sacos o estanques, pero lo hacemos igual. El otro día, por ejemplo, el auto no partía. Intentamos de todo hasta que lo logramos. Luego nos dimos cuenta de que tenía la rueda baja. Ahí estábamos, tratando de ponerle aire, hasta que un agricultor nos ayudó a levantarlo y pudimos terminar rápido", cuenta entre risas.
La relación con los agricultores es cercana, de confianza. "Nos llaman, vienen a la oficina, saben que estamos para ayudar", explica Clarina. "Me motiva ver los pequeños logros: un mensaje de WhatsApp de una productora que antes no sabía usar el celular y que aprendió gracias a una capacitación que gestionamos, una inversión bien aprovechada, o la sonrisa de alguien que ve su trabajo dar frutos es lo que nos motiva".
En el día a día, este equipo de mujeres demuestra que el liderazgo femenino en la agricultura no solo es posible, sino imprescindible. Desde Magallanes, su trabajo sigue transformando la tierra, construyendo redes y reafirmando que en la Patagonia, la agricultura tiene alma y corazón de mujer.
Por su parte, la seremi de Agricultura, Irene Ramírez, subraya el valor de este equipo como símbolo del cambio que necesita el sector. "Las mujeres no solo están ocupando espacios en la agricultura, la están transformando. Su mirada aporta innovación, gestión eficiente y una conexión más humana con los productores. Lo que vemos en la agencia de INDAP en Natales es un modelo de liderazgo que inspira y que, sin duda, debemos potenciar en todo el país".
Finalmente, Gabriel Zegers, director regional de INDAP, resaltó el impacto significativo del trabajo del Área en el desarrollo rural de Magallanes. "Este equipo ha logrado poner en valor la agricultura familiar campesina de manera ejemplar. Son un referente de liderazgo, compromiso y trabajo en equipo, algo fundamental para el futuro de nuestra región", señaló Zegers.
Foto: De izquierda a derecha: Carla Gallardo, Clarina Helmer, y Vanessa Lenazzi, todas nacidas en Magallanes y orgullosas de su aporte a la agricultura regional.
Informó su director Juan Carlos Andrades.
Informó su director Juan Carlos Andrades.