9 de febrero de 2025
La ONU declaró el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia. En los últimos años, se ha hablado mucho sobre las brechas de género y su impacto en la vida y el desarrollo social. Las ciencias no son ajenas a esta problemática, dado que las dinámicas de género en la sociedad se reflejan también en la ciencia. A lo largo de la historia, los hombres han dominado estos espacios, ocupando cargos de liderazgo y recibiendo la mayor parte de los fondos de investigación, mientras que las mujeres han sido relegadas y sus contribuciones invisibilizadas. Un claro ejemplo es Rosalind Franklin, cuya investigación en cristalografía de rayos X fue clave para descifrar la estructura del ADN, pero sus aportes fueron ignorados por Watson y Crick. Otro caso es el de Mary Anning, paleontóloga pionera en el Reino Unido, cuyas importantes contribuciones a la paleontología fueron desestimadas debido a su género.
Hoy, las mujeres seguimos enfrentando discriminación en el ámbito científico. enfrentándonos a obstáculos como la maternidad, que se considera una "distracción" de la investigación, o la idea de que nuestra mayor sensibilidad nos impide ser imparciales. Estas barreras se traducen en menores salarios, menos proyectos adjudicados, y menos presencia en posiciones de liderazgo. Según la UNESCO, solo el 30% de los investigadores en áreas STEM son mujeres, y la cifra disminuye aún más cuando se trata de mujeres en puestos de liderazgo.
A pesar de este panorama, la situación está mejorando. Cada vez más mujeres están dejando su huella en la ciencia. Científicas como la neurocientífica May-Britt Moser, pionera en estudios sobre los mecanismos cerebrales de orientación espacial, y la ingeniera informática Radia Perlman, quien revolucionó las redes informáticas, son ejemplos de cómo las mujeres pueden destacar en campos dominados históricamente por hombres. En nuestro país, también contamos con mujeres líderes en diversas áreas de investigación, como Claudia Stange (bioquímica), Judith Pardo (paleontóloga) y Millarca Valenzuela (astrónoma), quienes son referentes para futuras científicas.
Para avanzar con este cambio, es crucial derribar los estereotipos de género y comenzar a revisar cómo educamos a nuestras niñas y adolescentes. La educación básica y preescolar desempeñan un rol fundamental en motivar a las niñas a indagar el mundo, desarrollar habilidades lógico-matemáticas y fomentar un pensamiento científico.
Además de la educación, es necesario mejorar el sistema de organización y financiamiento de la ciencia. En nuestro país, se han dado pasos importantes, como la creación de fondos especiales para investigaciones lideradas por mujeres y la implementación de permisos de pre y postnatal para estudiantes de posgrado. Sin embargo, aún falta mucho por hacer, especialmente en garantizar el acceso de las mujeres a cargos de liderazgo, fomentar la corresponsabilidad parental y promover condiciones laborales justas en los proyectos de investigación.
El 11 de febrero nos invita a reflexionar sobre el rol esencial de las mujeres y las niñas en la ciencia. Este día no solo reconoce sus logros, sino también visibiliza las barreras que aún persisten y la urgente necesidad de promover la equidad de género en la ciencia y en la sociedad. Por eso, es fundamental seguir avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa, en la que las niñas que hoy sueñan con ser científicas encuentren un camino lleno de oportunidades y respeto.
Dra. Andrea Poch Plá
Académica Facultad de Medicina, U.Central
La actividad fue organizada por el club Indómito Trail Runners y la Municipalidad de Punta Arenas.
La actividad fue organizada por el club Indómito Trail Runners y la Municipalidad de Punta Arenas.