29 de abril de 2024
El puerto de Punta Arenas, ubicado en el extremo austral de Chile, está ganando momentum a una rápida velocidad. Esto debido a que las tensiones geopolíticas actuales, mezcladas con los avances de la tecnología moderna y el cambio climático, están causando un giro en la dinámica del transporte marítimo mundial, aumentando la importancia estratégica de este puerto a nivel global.
El Estrecho de Magallanes, vía marítima donde se sitúa Punta Arenas, ha sido testigo de un notable aumento en el tránsito de buques mercantes en los primeros meses de este año. Americas Quarterly señaló en un reciente reportaje, indicó un incremento del 25% en enero y febrero en comparación con el mismo período del año anterior, y un 83% en comparación con 2021. La Armada de Chile anticipa un posible aumento del 70% en el tránsito marítimo para 2024.
Este incremento en la actividad despertó el interés de potencias mundiales como China, que expresó su intención de construir un complejo portuario en Argentina, cerca del Estrecho de Magallanes. Esta movida estratégica busca no solo fortalecer la presencia china en la región, sino también proyectar su influencia en áreas como la Antártida, donde las rivalidades geopolíticas están en aumento debido al deshielo de los icebergs.
La importancia de actuar rápido
Sin embargo, para capitalizar plenamente esta coyuntura, Punta Arenas y la región de Magallanes, donde se inserta, requieren mejoras en su infraestructura portuaria. Actualmente, la región cuenta con pocos muelles y rampas, lo que limita su capacidad para recibir naves de gran envergadura, como tanqueros y portacontenedores. A pesar de los esfuerzos del gobierno chileno, encabezados por el presidente Gabriel Boric, quien firmó un programa de inversión de US$400 millones para modernizar los puertos y otras infraestructuras de la región, persisten dudas sobre si estas inyecciones de capital serán suficientes.
Americas Quarterly señala que la situación refleja un problema más amplio en toda América Latina y el Caribe, donde la inversión en puertos se encuentra rezagada. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apuntó a que la mayoría de los puertos de la región están operando con estructuras obsoletas, lo que resalta la necesidad urgente de mejorar la gobernanza, la digitalización y la aplicación de inteligencia artificial para gestionar de manera más eficiente el flujo de bienes.
Energía verde
En el horizonte de la modernidad económica de Magallanes destaca el potencial del hidrógeno verde. Se estima que el mercado mundial de hidrógeno de bajas emisiones podría aumentar de los actuales US$1.400 millones a US$112.000 millones en 2030. Es por esto por lo que es importante que Magallanes se presenta como un lugar idóneo para su producción.
La región cuenta con al menos 16 propuestas de proyectos, casi todos dirigidos a la exportación de amoníaco y combustibles sintéticos.
El éxito para esta industria depende en gran medida de la expansión y mejora de los puertos, lo cual habilitaría la importación de equipos para turbinas, electrolizadores, plantas desalinizadoras y otras instalaciones. De igual manera, sería necesario simplificar las exportaciones a otros mercados clave. Para todo esto, Chile habría establecido acuerdos de cooperación con puertos como Róterdam, Amberes-Brujas y Singapur.
Proyectos por doquier
La Empresa Portuaria Austral (EPA) está ampliando progresivamente su muelle de 373 metros para acomodar naves de investigación y cruceros de mayor tamaño. Asimismo, se están proyectando mejoras en la terminal de carga y cruceros José de los Santos Mardones, con refuerzos, grúas móviles y una dársena para un desembarque seguro. Sin embargo, Americas Quarterly destaca que la distancia considerable de Mardones a las granjas eólicas dificulta el transporte de equipos delicados.
Una alternativa cercana y de corto plazo es la terminal de ENAP en Laredo, próxima a Haru Oni. ENAP suscribió un acuerdo de US$50 millones con productores de hidrógeno para adaptar la rampa y la explanada de Laredo, aunque la poca profundidad de acceso limita la eficiencia.
Por otro lado, en la terminal vecina de Cabo Negro se proyectan inversiones para alojar la primera planta de electrocombustibles a escala comercial en Chile. Entre Laredo y Cabo Negro, se contempla la posibilidad de construir otro embarcadero en Punta Porpesse.
La bahía Otway, ubicada al norte de la entrada del estrecho desde el Pacífico, ofrece condiciones favorables para la navegación. Empresas como Ultranav están considerando la reconversión del muelle de una mina de carbón en la Isla Riesgo para proyectos relacionados con energía verde.
ENAP también tiene planes para su terminal de Gregorio, cercana a Puerto Sara, donde se estudia la formación de un consorcio con seis productores. Además, el gobernador de Magallanes, Jorge Flies, destacó la bahía de Última Esperanza como un punto estratégico para las exportaciones orientadas al Pacífico.
Pero no todo es tan fácil…
La construcción y explotación de muelles de gran envergadura en el Estrecho de Magallanes enfrenta una serie de desafíos significativos. Aparte de las complicaciones inherentes a los modelos de inversión y la permisología ambiental, las condiciones naturales de la vía plantean obstáculos que podrían dificultar y encarecer los proyectos.
La amplitud de las mareas se cuenta entre las mayores del mundo, alcanzando hasta 12 metros en la desembocadura atlántica. Además, las corrientes asociadas al estrecho pueden ser extremadamente rápidas, alcanzando hasta ocho nudos.
A pesar de todo, Flies destaca que esta etapa transformadora podría posicionar la región de Magallanes de manera significativa tanto a nivel nacional como en el escenario geoestratégico global.
Por MundoMaritimo.cl
La afortunada ganadora fue Mirtha Hernández, magallánica y enfermera de profesión, quien recibió un viaje familiar a Isla Magdalena.
La afortunada ganadora fue Mirtha Hernández, magallánica y enfermera de profesión, quien recibió un viaje familiar a Isla Magdalena.